AVES
Y ESTACIONES

Los paisajes de nuestro territorio cambian mes a mes, estación tras estación. Y las aves que podemos observar en ellos también siguen los ritmos de la naturaleza. Así, hay especies que viven aquí todo el año, especies migratorias que solo aparecen en determinadas épocas, algunas que solo vienen a anidar y otras que nos visitan para pasar los inviernos moderados.

Collalba rubia © Sergi Sales

Buitres. PN Els Ports

INVIERNO

diciembre-enero-febrero

Es época de aves invernantes. El eje Ebro-Secanos-Pirineos es una zona de invernada habitual de muchas especies, que se detienen aquí en su viaje hacia lugares más cálidos. Las temperaturas en el centro de Europa hacen que las aves lleguen en número variable; en inviernos muy fríos, se producen fugas que, de repente, llenan “nuestros” campos de aves hambrientas que buscan tierras más cálidas. Por otra parte, en febrero comienza la temporada de cría, sobre todo de rapaces y algunas aves nocturnas.

En los sectores pirenaicos, con nieve, especies como el acentor alpino o el gorrión alpino se acercan a puntos humanizados para buscar alimento. También se da el punto álgido de las puestas de buitre leonado y quebrantahuesos, por lo que pueden observarse con facilidad en los riscos.

En los secanos, con el permiso de la niebla, aparecen la avefría europea y rapaces invernantes como el esmerejón y el aguilucho pálido, cada vez más escaso. Hacia febrero ya se pueden ver algunos críalos europeos, el primer migrante que llega del África subsahariana.

En marismas como la de la Reserva Natural de Sebes es buen momento para observar el avetoro común y el cormorán grande. En el delta del Ebro es época de grandes bandadas de patos y cigüeñas blancas, además de grandes grupos de moritos comunes y garcillas bueyeras, que ocupan sobre todo los sectores inundados. En algún rincón del Delta invernan las espátulas y en todas partes se observan grandes concentraciones de flamencos.

Trepador azul - PN Els Ports

PRIMAVERA

marzo-abril-mayo

Abril y mayo son buenos meses para adentrarse por los secanos de Lleida, con los barbechos muy coloridos fruto de las lluvias de primavera. La mayoría de los campos son verdes, hay flores por todas partes y las aves locales se apresuran a cantar y a marcar su territorio. El búho real, la ganga ibérica, la carraca europea, los abejarucos comunes o el espectacular sisón común son algunas de las especies más destacadas. También alcaravanes comunes, chovas, cernícalos, calandrias… y por las noches se escuchan el búho chico, el chotacabras cuellirrojo y los autillos recién llegados de África.

En los Pirineos las nieves se van retirando poco a poco, las aves suben de cota y llegan, entre otros, los roqueros rojos, los milanos negros, las culebreras europeas y los alimoches. Buen momento para observar también el mirlo acuático, el escribano montesino, la collalba gris y el pico mediano (en La Val d’Aran). En las vertientes más soleadas pueden aparecer el alcaudón dorsirrojo, la tarabilla común o las chovas piquirroja y piquigualda. Por las noches, en algunos rincones de alta montaña, se escucha la ululación de los búhos pirenaicos.

En las Terres de l’Ebre, el macizo de Els Ports será un buen lugar para ver también las chovas, el colirrojo tizón y… ¡la cabra salvaje! Además de otras aves como la curruca, el mosquitero papialbo y el trepador azul. En las playas, en marzo comienza la cría del chorlitejo patinegro. Y en el delta del Ebro, miles de aves migratorias aprovechan la abundancia de recursos, y ruidosas colonias de gaviotas de Audouin o picofinas, charranes patinegros, comunes y charrancitos ocupan los sectores donde han anidado históricamente.

Quebrantahuesos © J. Palau / Archivo RNC Boumort

VERANO

junio-julio-agosto

El verano es una buena época para empezar o continuar las visitas a la alta montaña de los Pirineos.. Durant el juliol hi ha menys risc de tempestes de tarda i els ocells estan acabant de niar. Podreu gaudir d’ocells de muntanya com la llucareta, el trencapinyes, la merla de pit blanc o el raspinell pirinenc. També còlits grisos, grassets de muntanya i verderoles. Mirant al cel, pot passar volant l’àguila daurada, i al Prepirineo
(Boumort y entornos) se da un fenómeno único en Europa: se pueden observar juntas las cuatro aves necrófagas del continente (el quebrantahuesos, el buitre leonado, el buitre negro y el alimoche)

En los secanos es necesario madrugar mucho, ya que a media mañana el calor dificultará la observación de aves. Las especies como la carraca europea todavía están en plena actividad. También la cogujada montesina, las cogujadas comunes, las calandrias, las terreras comunes y la escasa alondra ricotí. Estas especies de aláudidos tienen una coloración discreta pero un canto fascinante, y este es de los pocos lugares de Europa donde se pueden detectar. Las gangas ibéricas están anidando y hay que prestar atención para detectarlas mejor por su reclamo.

En las Terres de l’Ebre, las sierras mediterráneas como las de Cardó y El Boix son idóneas para los gorriones chillones y las culebreras europeas. En el delta del Ebro las colonias de ardeidos todavía están activas, con especies como el avetorillo común, así como las de fumareles cariblancos, que se cruzarán con sus parientes comunes ya de paso hacia zonas de invernada africanas. En las playas se pueden ver charranes patinegros y, en zonas con rocas, agrupaciones de cormoranes moñudos provenientes de las colonias de las islas Baleares. Las colonias de flamencos están al máximo de actividad.

Flamencos - Bahía de El Fangar. © Sergi Sales

OTOÑO

septiembre-octubre-noviembre

En las maquias mediterráneas y las medias montañas la abundancia de frutos y drupas hacen que en estas fechas haya el mayor número de aves, que necesitan llenar el depósito de energía para seguir su viaje hacia las zonas de invernada. De hecho, durante septiembre y octubre muchas aves planeadoras y rapaces sobrevuelan el país en dirección sur. Es buen momento para visitar puntos de observación tradicionales para ver grupos de abejeros europeos, pero también gavilanes, aguiluchos, aguiluchos cenizos, águilas pescadoras o alcotanes europeos.

Esta época también es un buen momento para visitar los bosques de hayas y de ribera, que alcanzan su máximo esplendor. Ya habrán llegado algunas especies hibernantes, que serán más fáciles de detectar por la caída de las hojas de los árboles. Por otra parte, con los primeros fríos algunas especies bajan de cota, como el treparriscos, que puede observarse en lugares como las paredes del desfiladero de Mont-rebei.

Las zonas de marismas están llenas de aves, en especial limícolas. En las bahías del delta del Ebro ya se pueden encontrar zampullines cuellinegros, calabrias y otras especies como la serreta mediana. Atención al espectáculo de los arrozales recientemente enfangados, con gaviotas, ardeidos y enormes concentraciones de flamencos, dignos de apreciar con la luz invernal de última hora.

En el llano de Lleida puede quedar alguna grulla migratoria de paso. Y en el Prepirineo es una época excelente para observar el vuelo espectacular de los milanos reales, que ya ocupan sus zonas de invernada.

Los textos de este apartado se han basado, en parte, en los contenidos del libro Quan i on veure ocells a Catalunya (Ricard Gutiérrez, editorial Tundra), que también dispone de una edición en castellano y en inglés. Además, han sido revisados y complementados con el asesoramiento del ornitólogo Sergi Sales.