Más allá de las sierras abruptas que delimitan La Terra Alta (Els Ports, Pàndols y Cavalls), el paisaje de esta comarca se caracteriza por la actividad agraria, sobre todo por los cultivos de vides, olivos y almendros, que conviven con retazos forestales y un rico patrimonio cultural de piedra seca. Este mosaico paisajístico, repleto de masías y márgenes, es el hábitat ideal de una gran variedad de aves de ambientes mediterráneos.